Para gran parte de la Sociedad el farmacéutico sólo es aquel
que te da los medicamentos en la farmacia, te coge las recetas y te cobra por
los medicamentos. A mi modo de ver, gran parte de la culpa de que se nos vea
asi ha sido de los propios farmacéuticos.
Pero un farmacéutico no solo puede dedicarse a estar en una
oficina de Farmacia, también puede trabajar en la Industria farmacéutica
(control de calidad y de fabricación), en análisis clínicos, bioquímica
clínica, parasitología y microbiología, o como dietólogo y analista
bromatológico, o llegar a técnico en ortopedia, óptica, plantas medicinales,
radiofarmacia, experto en drogodependencias, técnico en Medio Ambiente y
docencia, etc.
En la Oficina de Farmacia (y ahora de forma externalizada)
la ley obliga dice que el farmacéutico tiene que cumplir las siguientes
situaciones:
Debido a que nos debemos al MEDICAMENTO y al PACIENTE se
introduce el término Atención Farmacéutica (AF a partir de ahora) en los años
90 en EEUU. Con el paso de los años se ha ido modificando la definición hasta
quedar en que la AF es la participación activa del farmacéutico para la
asistencia al paciente en la dispensación y seguimiento de un tratamiento
farmacoterapéutico, cooperando así con el médico y otros profesionales sanitarios,
siendo así responsables de la mejora de la calidad de vida del paciente.
También conlleva la implicación del farmacéutico en actividades que
proporcionen buena salud y prevengan las enfermedades. Además todo debe quedar
registrado, como si fuera una historia clínica.
Pero este proceso no es de fácil aplicación, requiere una
adaptación del farmacéutico y de su entorno, para llegar a cubrir las
necesidades del paciente en relación con los medicamentos que utiliza, ya que
muchos ciudadanos tienen problemas cuando utilizan medicamentos, así la
actuación profesional del farmacéutico debe ir mucho más allá de la mera
entrega del medicamento, sino que debe ir orientada a discriminar la posible
existencia de problemas potenciales, e ir acompañada de instrucciones sobre la
adecuada utilización del medicamento.
Gracias a llegar a aplicar la AF se puede llegar a conseguir
disminuir el número de Problemas Relacionados con el Medicamento (PRM), que
según diversos estudios se ha demostrado que son muy frecuentes, por ejemplos,
un 20 % de los ingresos hospitalarios están relacionados con los tratamientos
farmacológicos. Con lo que si consiguiéramos llegar a un alto porcentaje de
pacientes conseguiríamos reducir el gasto sanitario y además mejorar la calidad
de vida del paciente.
Creo que es importante que los farmacéuticos
lleguemos a un consenso, y cooperando con los médicos, seamos capaces de que la
sociedad llegue a un uso responsable y eficiente de los medicamentos. Ya que es
muy frecuente encontrarse a personas que se automedican y que piden Antibióticos para curar una
gripe, o que no cumplen la pauta o no acaban su tratamiento, con el consecuente
problema de crear resistencias. También
nos encontramos personas que usan los inhaladores inadecuadamente. Por
no hablar de los mayores que están polimedicados, que te piden poner en la caja
cuando se toma, y te dicen esto no me lo des que lo tengo en casa, o ya no me
lo tomo porque como no me duele…. O tomar Paracetamol o Ibuprofeno en grandes
cantidades y usado para todo, etc.
Por todo esto espero que los pacientes empiecen a tener en
cuenta al farmacéutico como parte del Sistema Nacional de Salud. Pero para esto
necesitamos un cambio en los propios farmacéuticos, y así conseguiremos que nos
vean como una ayuda, como parte de la solución y no como el simple dispensador.
Hablar de AF en la sociedad de hoy en día, con cada vez más
personas polimedicadas y cada vez con mayor esperanza de vida, no sólo es una
necesidad, sino también una solución para algunos de los problemas que nos
rodean.
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