Hola
a todos,
Después
de cargar pilas durante el Verano, volvemos ya con el otoño, y con el algunos
de los problemas que solemos encontrarnos en esta época del año, como son los
problemas de caída del cabello y problemas de sequedad de piel.
La Caída
del Cabello
En primer lugar decir el proceso de renovación
del cabello es algo que se produce a lo largo de todo el año, entonces ¿porqué
es más evidente en otoño?
Esto sucede a consecuencia de que en general el pelo muere en primavera, aunque suele tardar tres meses en
caerse y no hay que olvidar que si un pelo muere es porque hay otro detrás
empujando para nacer. También consecuencias del paso del verano, como el sol,
el agua y el sudor, que aceleran el crecimiento del cabello, hacen que más cabello
llegue al final de su vida, en esta época del año, además al reducirse el
número de horas de luz solar, cambia el ritmo al que nuestra glándula pineal
produce melatonina, que regula nuestro ritmo circadiano y ayuda a regenerar el
cabello.
Para entender mejor el ciclo de crecimiento del cabello un pequeño
esquema.
·
Fase de crecimiento. Hay una máxima actividad de las células germinativas y por lo tanto,
un crecimiento del pelo. El 84% de los cabellos están en esta fase que dura
–aproximadamente- 3 años. Es la fase anágena.
·
Fase de equilibrio. Las células germinativas dejan de tener actividad, pero los cabellos
siguen unidos al cuero cabelludo. El 1% del pelo está en esta fase que dura
–aproximadamente- 3 semanas. Es la fase catágena.
·
Fase de caída. Las células empiezan a retraerse y se distancian de su lugar de
origen, de manera que cualquier acción mecánica como peinarse o secarse con una
toalla provocará la caída del pelo. El 15% del cabello está en esta fase que
dura –aproximadamente- 3 meses. Pasados estos meses, en el bulbo capilar
comienza a generarse otro cabello (fase anágena). La fase de caída es la fase telógena.
Teniendo en cuenta todo
esto, sólo hay algunos pequeños factores sobre los que podemos actuar, para
minimizar los efectos del cambio de estación sobre el cabello:
1. Una buena dieta rica en Vitaminas B y D, ácidos grasos esenciales, Hierro
y proteínas, pue pueden ayudar a hacer más fuerte la raíz y estructura del
cabello. Alimentos que llevan estos nutrientes son: Legumbres, Frutas, Hortalizas,
Carne roja, pescado azul y frutos secos.
2. Evitar el estrés, que genera radicales libres, induciendo un
desequilibrio del sistema nervioso, produciendo un desajuste de esta función y
la irrigación sanguínea de los capilares.
3. Evitar en exceso la plancha y el secador, así como champús o
tratamientos capilares muy abrasivos, como aquellos que contienen amoniaco.
Problemas de la piel
En esta época del año solemos sufrir con una bajada de
temperaturas, y cambios de temperatura muy rápidos, que afecta a nuestra piel, además de los
excesos que hayamos podido cometer durante el verano respecto al Sol.
Es por ello que puede
ocurrir un retraso de la renovación celular y una vasoconstricción de los vasos
que llegan a la epidermis, produciendo una acumulación de células muertas, que
a su vez impide la secreción natural de la piel, y por consecuencia su
hidratación, dejando sensaciones como tirantez, piel seca y sensible, o
sensación de piel “apagada”.
Consejos para evitar
estos efectos negativos sobre la piel:
1. Es muy importante mantener una correcta
hidratación corporal, ya que debido a que las temperaturas no son tan
altas, muchos de nosotros dejamos de beber la cantidad de agua recomendada al
día.
2. Es importante no poner en
contacto con la piel agua muy caliente,
usar jabones de pH ácidos y nutritivos,
ya que la piel tiene un pH de 4,5, muy lejos del pH neutro (7).
3. Secarse el cuerpo y las manos sin
frotar demasiado, para respetar la epidermis.
4. Usar cremas hidratantes,
con un buen masaje.
También hay que tener
en cuenta que una de las partes que más sufre con todos estos cambios son los
labios, llegando agrietarse y quedarse muy secos.
Así que unos pequeños
consejos también para evitar en la medida de lo posible los efectos negativos
del cambio de temperatura.
1. Evitar algunos alimentos como los picantes, productos altos en sal, bebidas alcohólicas y el tabaco.
2. No chuparse los labios. La saliva extrae la cantidad de aceite que tus
labios pudieran tener, proveniente de las zonas circundantes. Además la saliva
contiene enzimas digestivas ácidas que contribuyen con la resequedad.
3. Usar cacaos y bálsamos, con factor de protección solar, que ayudan con la hidratación y protección de los agentes externos como el viento y el frio.
Espero que estos
consejos os sean de ayuda y tengáis un buen Otoño
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